Charles Baudelaire

A mi lado el demonio acecha en tentaciones,
Como un aire impalpable lo intuyo en torno a mĂ­.
Lo respiro y lo siento quemando mis pulmones
Y de un deseo eterno y culpable llenarlos.

Toma a veces la forma, sabiendo que amo el arte,
De la mĂĄs seductora de todas las mujeres,
Y tomando el pretexto de quitarme las penas,
Acostumbra mis labios a nefandos placeres.

Cada vez mĂĄs, me aleja de la dulce mirada
De Dios, dejando mi alma jadeante, fatigada
En medio de las negras llanuras del hastĂ­o.

Y pone ante mis ojos, llenos de confusiones,
Heridas entreabiertas, espantosas visiones...
La destrucciĂłn invade este corazĂłn mĂ­o.